Hace once años, varias familias del Putumayo decidieron apostarle a la sustitución de cultivos y reemplazaron sus cultivos de amapola por árboles de pimienta.
Su deseo por escribir nuevas historias de superación, el amor por su territorio y su trabajo campesino han sido la clave para que hoy más de 100 asociados y 270 familias se beneficien de este negocio social, que produce pimienta certificada en alta calidad, con diferentes variedades y sabores.