#LosRostrosDeLaPaz
Sebastián
Virgelina Chará
Ermes Guarnizo
Alexander Monroy

Sebastián
La Casa de la Paz

Virgelina Chará
Unión de Costurero
Virgelina Chará vivió su niñez y adolescencia entre Suárez, Cauca, y Cali, dependiendo de lo que económicamente fuera mejor para ella y su familia. Sin embargo, en 1985 le tocó irse definitivamente de Suárez por amenazas debido a su lucha contra la construcción de la represa Salvajina. Regresó a Cali, pero esta vez de manera indefinida.
Mientras se rebuscaba la vida, creó ‘Asomujer y Trabajo’, una asociación para el desarrollo integral de la mujer, juventud e infancia, donde 250 mujeres, todas vendedoras de chontaduro y fruta, exigían el derecho a trabajar en la informalidad y a que se respetara su trabajo en el espacio público, pues era la única opción que tenían. Cuarenta mujeres que pertenecían a ‘Asomujer y Trabajo’ fueron víctimas del conflicto armado. Sus hijos fueron reclutados por los paramilitares, algo que Virgelina hizo visible y que le costó, nuevamente, amenazas. En 2003 le tocó irse de Cali y llegó a Bogotá.
Justo en el año que llegó a Bogotá se conformó una alianza de organizaciones sociales para la paz y el desarrollo en Colombia. Virgelina logró que ‘Asomujer y Trabajo’ ingresara a la alianza y ahí conoció a la directora de promoción de derechos humanos en la Defensoría del Pueblo de Colombia, Paula Gaviria, una mujer que posteriormente le ayudó en la visibilización de sus procesos sociales. Con la exposición que tuvo en esa alianza Virgelina logró que ‘Asomujer y Trabajo’ coordinara, junto a la Minga, la Conferencia Étnica de 2008. En esa conferencia se creó la propuesta de arropar el Palacio de Justicia con un telar para exigir respeto a los derechos humanos de las comunidades afrodescendientes e indígenas del país. En ese momento nació el Costurero de Memoria, Paz y Reconciliación, un proyecto al cual se unieron diferentes universidades y con el cual lograron arropar múltiples organizaciones.
Con el tiempo el arropamiento se convirtió en la exigencia de derechos no solo de las víctimas del conflicto, sino que también hablaba de la deuda histórica con l@s mestiz@s, campesin@s, mujeres, indígenas, jóvenes y con tod@s l@s colombian@s, porque para Virgelina el pueblo colombiano es víctima así tenga plata o no la tenga, pues tod@s han sido afectados de alguna u otra manera por el conflicto armado. Además, el arropamiento proponía un ejercicio de reflexión y de protesta inteligente donde el objetivo era continuar arropando el país hasta que haya un cambio.
Hoy ‘Asomujer y Trabajo’ hace parte de la Unión de Costurero que a su vez conforma la Red de Protectores de la Memoria, que tiene como objetivo proteger el conocimiento empírico de las comunidades y con la que han logrado arropar el Castillo de las Artes, la Casa Museo Jorge Eliécer Gaitán, la Casa de la Memoria de Antioquia, el Teatro Faenza, la Comisión de la Verdad, la Defensoría del Pueblo y la Cancillería, entre otros espacios e instituciones.
Virgelina Chará se graduó del diplomado de Liderazgo Territorial para la paz que hicimos junto a la Universidad Externado.

Ermes Guarnizo
Parqueleer
Ermes es ingeniero de sistemas, profesor y aficionado de la lectura. Por medio de los libros ha logrado crear sentido de pertenencia por uno de los departamentos que más ha sufrido la violencia del conflicto armado en el país.
Nació en Cartagena del Chairá, Caquetá, en una familia de 10 herman@s. A los 13 años se fue de la finca de sus padres a vivir solo en San Vicente del Caguán para poder estudiar, y desde esa edad es independiente. Cuando se graduó del colegio ingresó al seminario para ser sacerdote, sin embargo a los dos años desistió porque no tenía vocación. Una de las cosas más importantes para él es sentir pasión e interés por lo que se hace. Entró a la universidad a estudiar ingeniería de sistemas y cuando se graduó consiguió trabajo como docente hora cátedra en una academia de formación técnica en Florencia. Después lo contrataron para coordinar el proyecto de Escuelas Digitales Campesinas en Caquetá, un proyecto de Acción Cultural Popular que buscaba llevar las escuelas digitales a todos los municipios del departamento. Mientras coordinaba ese proyecto lo llamaron del Ministerio de Educación para un nombramiento provisional en la Secretaría de Educación de Caquetá como docente en informática. El primer año estuvo en una escuela rural y desde hace ocho años está en el colegio Marco Fidel Suárez como docente.
En 2015 la tutora del Programa Todos a Aprender – PTA, Lucía Palacio, le sugirió a los docentes que desde sus áreas fortalecieran la escritura y la lectura de los estudiantes porque en las pruebas estatales no les estaba yendo bien. Ermes junto a la profesora Nidia Narváez y a Lucía Palacio crearon espacios para leer y escribir, pero con temas diferentes, que hicieran parte de la cotidianidad de los alumnos para que fueran atractivos e interesantes para ell@s; una propuesta que les gustó a l@s estudiantes y que tuvo eco en otros profesor@s. Comenzaron con 15 minutos de lectura en los salones y terminaron con 1 hora de lectura al aire libre en los diferentes espacios del colegio.
Al ver el éxito, decidieron sacar la propuesta del colegio y crearon Parqueleer en 2016, una apuesta de lectura en el parque central del municipio, donde una vez a la semana llevan una maleta con libros de diferentes temas para hacer lecturas en voz alta y actividades lúdicas. A Parqueleer asisten estudiantes de preescolar, primaria, bachillerato y niñ@s y jóvenes de todo Milán. Desde que se instauró este proyecto l@s estudiantes han mejorado en las Pruebas Saber, su participación en clase es mayor, son menos tímidos y más seguros para hablar en público.
La iniciativa ha logrado alianzas con diferentes instituciones y escritores de la región y ha instaurado el hábito de la lectura en el municipio. Además, ha transformado el parque en un lugar seguro donde l@s estudiantes reconocen sus talentos, dicen lo que piensan, se escuchan y pasan sus ratos de ocio. Desde Parqueleer se construye paz fortaleciendo el sentido de pertenencia de l@s niñ@s por el territorio. Ermes y los demás docentes procuran hacer lecturas sobre Caquetá, la selva amazónica, el río y los animales que habitan el departamento con el propósito de que el estigma que dejó el conflicto armado en esa región se reemplace por el orgullo de ser de Milanés, de ser Caqueteño y de habitar la región amazónica del país.
Ermes asistió al Encuentro Territorial de Educadores en Bogotá que organiza la fundación y hace parte de la línea educativa que desarrollamos desde Compaz.

Alexander Monroy
La Casa de la Paz
Alexander Monroy es hijo de obreros y de un barrio popular de Bogotá. Como la mayoría de los jóvenes de barrios populares creció con carencias y falta de garantías del Estado, ese contexto y su sensibilidad social fueron sus razones para ingresar a las FARC-EP.
Al graduarse del colegio, como la mayoría de sus compañer@s, entró al mundo de los ninis, ni estudiaba, ni trabajaba. Al año logró entrar a la universidad pero se salió porque no se identificó con el sistema educativo. Sin saber qué hacer ingresó a su primer proceso comunitario en Bosa y ahí se dio cuenta que había gente aún más pobre que él. En ese momento una amiga del colegio lo invitó a hacer parte de las “Fuerzas Revolucionarias de Colombia, el ejército del pueblo”. Alexander aceptó sin entender mucho, pero impulsado por la insatisfacción con el sistema, la sensibilidad por los pobres y la precariedad social.
Durante once años Alexander tuvo una vida clandestina, una doble identidad que apenas ahora está dando a conocer, y que ha sido lo más difícil de la reincorporación a la vida civil. Salir de la clandestinidad, decirle a sus allegados, amigos y familia que durante mucho tiempo fue guerrillero es un proceso que aún está en marcha con muchas personas y que le ha costado amistades y relaciones.
Después de la firma del Acuerdo de Paz Alexander conoce a l@s 9 soci@s del proyecto productivo que se convertiría en cerveza La Trocha. Sigue siendo el joven de 16 años que entró a un proceso comunitario en Bosa y que se dio cuenta que la pobreza era un problema estructural que había que cambiar, sus ideas de transformación siguen intactas pero en esta ocasión con la idea de construir paz a través de ellas.
#LaCasaDeLaPaz y @latrochacerveza, los emprendimientos de Alexander, hacen parte de #PuentesParaLaReconciliación, nuestro ecosistema de recursos para la paz.